Es un concepto creado
por Alex Osborn, un ejecutivo del campo de la publicidad a fines de la época de
1930 como herramienta aplicada al management de negocios. Es conocido también
como "lluvia de ideas" utilizado para designar una reunión de
negocios semiformal cuyo propósito principal es generar nuevas ideas para
mejorar algún aspecto del negocio. La técnica se basa en una suerte de sinergia
psicológica: que una reunión creativa pueda aportar más de lo que aportaría la
suma de sus partes, más que la suma de las ideas de las personas principiantes.
Para que la técnica resulte eficaz, las sesiones requieren la
intervención de un facilitador capacitado y el cumplimiento de un conjunto de
reglas básicas. Sin la presencia de un facilitador, las sesiones podrían
transformarse en un intento por encontrar todos los aspectos negativos posibles
que encierra cada nueva idea. Al final la idea se descarta y el grupo se
prepara para tratar de igual forma la próxima idea.
La aplicación formal de la técnica se realiza sobre la base de tres
reglas básicas:
- Se alienta a los
participantes a proponer todas las ideas posibles por más extrañas que resulte.
- No se emite juicio
alguno sobre ninguna idea hasta que termina la sesión.
- Se debe alentar a los
integrantes del grupo a realizar aportes sobre las ideas de las demás personas
y realizando combinaciones insólitas y llevando cada una en direcciones
improbables.
Algunos tips para los que desean aplicar la técnica son:
- Identificar un tema
específico para debatir.
- Si hay más de diez
participantes, dividir al grupo en subgrupos.
- Pedir a cada subgrupo
que elija un secretario para registrar las ideas que proponen.
- Explicar con claridad
las tres reglas básicas mencionadas.
- El secretario debe
registrar todas las ideas que proponen.
- Determinar los
criterios para elegir los mejores criterios.
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